LA COMUNICACIÓN

 

Desde sus orígenes, las personas han tenido la necesidad de comunicarse con sus semejantes, para lo cual utilizaron el lenguaje oral. Más tarde inventaron la escritura, como medio simbólico para transmitir el lenguaje oral, lo que permitió ampliar este intercambio y, además, almacenar la información.

 

COMPONENTES DE UN SISTEMA DE COMUNICACIÓN 

Emisor: es el elemento que transmite información.

 

Receptor: es el elemento que recibe la información.

 

Canal: es el medio a través del cual circula la información entre el emisor y el receptor.

  

COMUNICACIÓN ALÁMBRICA E INALÁMBRICA

Según el soporte por el que viaja la información podemos hablar de dos clases diferentes:

 

Comunicación alámbrica: (por cable) Tiene lugar a través de líneas o cables que unen al emisor y al receptor. La información se transmite mediante impulsos eléctricos.

Comunicación inalámbrica: La información se transmite mediante ondas de radio.

    

COMUNICACIONES POR SATÉLITE

En las comunicaciones por satélite, las ondas electromagnéticas se transmiten gracias a la presencia en el espacio de satélites artificiales situados en órbita alrededor de la Tierra.

TIPOS DE SATÉLITES DE COMUNICACIONES

Un satélite actúa básicamente como un repetidor situado en el espacio: recibe las señales enviadas desde la estación terrestre y las remite a otro satélite o de vuelta a los receptores terrestres. En realidad hay dos tipos de satélites de comunicaciones:

 

Satélites pasivos. Se limitan a reflejar la señal recibida sin llevar a cabo ninguna otra tarea.

Satélites activos. Amplifican las señales que reciben antes de remitirlas hacia la Tierra. Son los más habituales.

 

Satélites y sus órbitas

Los satélites son puestos en órbita mediante cohetes espaciales que los sitúan circundando la Tierra a distancias relativamente cercanas fuera de la atmósfera. Los tipos de satélites según sus órbitas son:

Satélites LEO (Low Earth Orbit, que significa órbitas bajas). Orbitan la Tierra a una distancia de 160-2000 km y su velocidad les permite dar una vuelta al mundo en 90 minutos. Se usan para proporcionar datos geológicos sobre movimiento de placas terrestres y para la industria de la telefonía por satélite.

Satélites MEO (Medium Earth Orbit, órbitas medias). Son satélites con órbitas medianamente cercanas, de unos 10.000 km. Su uso se destina a comunicaciones de telefonía y televisión, y a las mediciones de experimentos espaciales.

Satélites HEO (Highly Elliptical Orbit, órbitas muy elípticas). Estos satélites no siguen una órbita circular, sino que su órbita es elíptica. Esto supone que alcanzan distancias mucho mayores en el punto más alejado de su órbita. A menudo se utilizan para cartografiar la superficie de la Tierra, ya que pueden detectar un gran ángulo de superficie terrestre.

Satélites GEO. Tienen una velocidad de traslación igual a la velocidad de rotación de la Tierra, lo que supone que se encuentren suspendidos sobre un mismo punto del globo terrestre. Por eso se llaman satélites geoestacionarios. Para que la Tierra y el satélite igualen sus velocidades es necesario que este último se encuentre a una distancia fija de 35.800 km sobre el ecuador. Se destinan a emisiones de televisión y de telefonía, a la transmisión de datos a larga distancia, y a la detección y difusión de datos meteorológicos.